Existen infinidad de organismos (insectos, hongos, oomicetes, nematodos, bacterias, etc) que viven a expensas de los árboles presentes en nuestras masas forestales y que afectan a esos hospedantes en mayor o menor medida, si bien suelen presentar bajos niveles poblacionales. No obstante, en ocasiones el equilibrio se rompe y estos agentes pueden llegar a actuar como plagas o enfermedades, requiriendo actuar si se superan ciertos umbrales de daños económicos, ambientales, y/o de salud pública.
El personal competente (Agentes Medioambientales, técnicos), como parte del desarrollo de sus labores de campo, realiza un seguimiento continuo de la situación real del estado de los montes y del potencial de daño de determinados organismos, poniendo de manifiesto la detección de un decaimiento concreto a través de los partes de alertas fitosanitarias (entre otros), que pueden estar o no acompañados de la remisión de muestras para su análisis e identificación de agentes en laboratorio.
Como resultado de la evaluación de la situación de partida, y tras valorar en cada caso la posible normativa aplicable, puede ser necesario llevar a cabo medidas de prospección, erradicación, y/o control.
Entre estos organismos cabe destacar los siguientes:
La procesionaria del pino: Thaumetopoea pytiocampa
El barrenillo grande del pino: Ips sexdentatus
La chinche del pino: Leptoglossus occidentalis
El chancro del castaño: Cryphonectria parasitica
La avispilla del castaño: Dryocosmus kuriphilus
La polilla del chopo: Leucoma salicis
Pulgón lanígero del chopo: Phloeomyzus passerinii
El escarabajo longicornio de la encina: Cerambyx welensii
El picudo rojo de las palmeras: Rhynchophorus ferrugineus