Dónde se encuentra
En 1.986 la Junta de Castilla y León declara por Ley 1/1986 la Reserva Nacional de Caza de "Las Lagunas de Villafáfila". Esta declarada ante la la Unión Europea como zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), encontrándose además la zona lagunar incluida en el Convenio Internacional de Zonas Húmedas (Convenio de RAMSAR). En 1.994 la Junta de Castilla y León publicó el Catálogo de Zonas Húmedas de Protección Especial de Castilla y León con el fin de protegerlas. En este Catálogo se han incluido la práctica totalidad de las lagunas existentes en el interior de la Reserva.
La Reserva se localiza al noreste de la provincia de Zamora, siendo su límite norte la autovía VI de Madrid - La Coruña.
La Reserva incluye la totalidad de los Términos Municipales de: Revellinos, San Agustín del Pozo, Tapioles, Villafáfila, Villarrín de Campos, Villalba de la Lampreana y Manganeses de la Lampreana (excluida la pedanía de Riego del Camino), también incluye los terrenos de Cañizo, Villardiga y San Martín de Valderaduey situados al oeste de la carretera que une Zamora con Villalpando y finalmente las tierras de Cerecinos de Campos situadas al sur de la Autovía que une Madrid con Galicia.
El Paisaje
En esta Reserva podemos encontrar aunados los valores más representativos de los ecosistemas de la pseudoestepa cerealista y del humedal estepario, sorprendiendo de manera notable al visitante, que no espera encontrar esta simbiosis en una zona seca de estas características. Su importancia dentro de España es capital, sobre todo a nivel de fauna esteparia (avutarda...etc) y acuática (ánsar común.. etc). En la Reserva el terreno está cultivado hasta el límite de lo posible, habiendo desaparecido casi totalmente la vegetación leñosa que, como mucho, ha quedado relegada a unos escasos árboles en los alrededores de los pueblos. Los ríos y los arroyos han sido dragados y convertidos en líneas rectas con maquinaria pesada, a la vez que todo el campo se ha cuadriculado con una desproporcionada red de caminos y carreteras. Únicamente el complejo lagunar, que se localiza en el centro de la Reserva, presenta su estado natural, aunque ha sufrido grandes alteraciones en los últimos años. Sin embargo, esta intensa actividad agrícola es precisamente la que permite la existencia de una pseudoestepa cerealista de extraordinaria riqueza ornitológica como veremos más adelante.
El paisaje de la Reserva, dominado por suaves tesos alrededor de un área central donde se encuentra el complejo lagunar, se ve únicamente alterado por los típicos palomares de Tierra de Campos, que introducen un elemento vertical en la llanura. No es por eso de extrañar que la primera cosa que llama la atención al visitante sea este ejemplo de arquitectura tradicional. Los palomares son todos distintos entre sí, contando la mayoría de ellos con ornamentaciones encima de las tejas, cuestión sorprendente si los comparamos con la austeridad de las casas de los agricultores y ganaderos de la zona. Estos pináculos situados encima de los tejados de los palomares parece ser que se instalaban, según la creencia popular, para atraer las palomas a los mismos. Desgraciadamente la falta de rentabilidad del palomar, unido al ataque de algunos desaprensivos y a la necesidad de un mantenimiento constante de estas construcciones -son de adobe, tapial y teja árabe- han hecho que muchos de ellos estén actualmente en ruinas.
Flora y Fauna
Flora: Tenemos dos comunidades vegetales bien definidas, la estepa cerealista y la zona lagunar. La estepa cerealista se encuentra dominada por los cultivos de cebada, trigo y alfalfa de secano con una monotonía aplastante sólo rota por alguna pequeña alameda y unos escasos pinos. Las lagunas poseen un tipo de vegetación influenciada por los ciclos de inundación-desecación a las que se ven sometidas, la elevada salinidad del suelo y el estricto clima dominante en la zona.
Las dos especies más representativas de las lagunas son la castañuela (Scirpus maritimus y S. littoralis) en las zonas inundadas y el Aeluropus littoralis en los bordes, pudiendo destacar también la presencia de Tolypella glomerata, T. nidifica, Ruppia drepanensis (Alonso M., 1981 y 1986), Tolypella hispanica, Chara canescens, Chara galioides, Ruppia cirrhosa y Lamprothamnium papulosum (Comelles, M.) etc.
Fauna: Son uno de los factores más relevantes y característicos de la Reserva, destacando especialmente la extraordinaria riqueza en invertebrados acuáticos de alto valor ecológico.
Con respecto a los vertebrados éstos suponen la parte más atractiva de la Reserva para el visitante, siendo los principales grupos y especies los siguientes:
- Peces: El más representativos de la zona es la carpa (Ciprinus carpio), que sube por el río Salado en los años con precipitaciones adecuadas para desovar, constituyéndose en un alimento importante para diversas especies. En 1986 fueron introducidos de forma ilegal en algunas lagunas permanentes ejemplares de pez gato (Ictalurus melas), pez sol (Lepomis gibbosus) y de black-bass (Micropterus salmoides); estas especies han tenido sin embargo una escasa expansión en la Reserva, al contrario de lo que ha sucedido a nivel provincial o incluso regional.
- Reptiles, anfibios y mamíferos: Grupos con escasa relevancia en la zona, excepto la liebre por temas cinegéticos, como consecuencia del escaso refugio que proporciona el cereal y la fuerte modificación del medio existente. Podemos citar la presencia de gallipato (Pleurodeles waltl), sapo corredor (Bufo calamita), rana común (Rana perezi), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), eslizón tridáctilo (Chalcides chalcides), lagarto ocelado (Lacerta lepida), liebre (Lepus granatensis), zorro (Vulpes vulpes), erizo (Erinaceus europaeus), musaraña (Crocidura russula), etc.
- Aves: Los aspectos ornitológicos son los que hacen que la Reserva adquiera una mayor vistosidad, confiriéndola la fama que actualmente posee. Las aves en la Reserva se agrupan en dos ambientes bien distintos, la estepa cerealista y el sistema lagunar.
Los Pueblos
En la zona donde actualmente se ubica la Reserva, los asentamientos humanos se remontan a épocas muy antiguas; por esta razón se han encontrado indicios de la industria achelense (Paleolítico Inferior) en Villárdiga, S. Martín de Valderaduey y Cañizo (Benito, L. et al, 1986), cinceles de cubo del 800 a. de C. en Otero de Sariegos (Fernández Manzano, J., 1985), viviendas del tipo Soto de Medinilla que son ocupadas por pueblos que se dedican a cultivar trigo y cebada entre el 700 y el 133 a de C. en Revellinos (Romero Carnicero, F., 1985), restos romanos, tres cruces de oro y otras piezas visigóticas en Villafáfila y un largo etc. que abarca casi todas las épocas y los pueblos de la Reserva.
Los pueblos de la Reserva son marcadamente agrícolas y ganaderos y en la actualidad la industria queda limitada a unas pequeñas fábricas: de queso de oveja en Tapioles y Villarrín, de ropa de lana también en Villarrín, de muebles en S. Agustín del Pozo y finalmente una cooperativa textil en Manganeses de la Lampreana. Estas pequeñas fábricas han sido incapaces de absorber la mano de obra que ha quedado excedente de la agricultura como consecuencia de la mecanización del campo, lo que ha provocado una masiva emigración a Madrid, País Vasco y Valladolid principalmente.
Actividad Cinegética
La liebre se constituye en la pieza de caza tradicional de la Reserva y la que agrupa más cantidad de adeptos, seguida de la caza de acuáticas, principalmente ánsar común y azulón, que como ya se ha indicado antes son muy abundantes en la zona; la codorniz desgraciadamente ha tenido un gran retroceso en la Reserva lo que ha producido la lógica reducción del periodo hábil de la Media Veda.
A efectos cinegéticos la Reserva está dividida en 11 cuarteles de caza (uno por cada municipio) no siendo igual la forma de caza en cada una de estas zonas. Estas variaciones son consecuencia de la presencia o no de lagunas en los cuarteles, de cuestiones sociales y de relaciones entre cazadores locales. Tres de los municipios cuentan con Refugios de Caza establecidos por la Administración desde 1972; con posterioridad y a petición de los cazadores locales se han creado otros 4 refugios, existiendo actualmente unas 4000 ha como Refugio de Caza.
Hay que indicar que la caza de acuáticas en la Reserva es una caza minoritaria que en ningún momento levanta las pasiones de la caza de la liebre, encontrándose ésta reservada para su caza exclusivamente con galgos en 6 de los 11 "cuarteles" de la Reserva.
Las altas concentraciones de aves acuáticas alimentándose en los cultivos aledaños a las lagunas, crean un cierto malestar entre los agricultores de la zona, a pesar de que los daños producidos por la fauna son valorados por la Consejería de Agricultura y Ganadería y abonados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
El derecho cazar en la Reserva está restringido a los habitantes de la zona, correspondiendo la gestión a la Junta de Castilla y León, que asimismo es titular del derecho cinegético.
Además de cazar
En el aspecto turístico y cultural existe en la Reserva desde 1995 un Centro de Interpretación y un Parque de Fauna en las inmediaciones del pueblo de Villafáfila. Las instalaciones se asientan sobre 23 Ha. que recrean ambientes lagunares y esteparios en los que se pueden observar en condiciones de semilibertad las especies de fauna más características de la Reserva, sobre todo acuáticas.
El Centro de Interpretación es un conjunto interpretativo en el que se analiza el medio humano y los procesos ecológicos y se haya dotado de paneles informativos, juegos interactivos y medios audiovisuales. El Centro es visitado por unos 50.000 visitantes al año
Para más información consultar la dirección web
www.turismocastillayleon.com