Las vías pecuarias en Castilla y León
La trashumancia del ganado ha tenido desde tiempo inmemorial -probablemente ya en época prerromana-, una gran relevancia en nuestra Comunidad, tanto económica como espacialmente hablando. Una repercusión que ha llegado al extremo de condicionar no sólo la organización del espacio cultivado sino también la de nuestros espacios forestales, e incluso la de los urbanos. No hay que olvidar que en muchas etapas de nuestra historia la ganadería (especialmente la ovina) ha supuesto un recurso económico de primer orden, como así fue durante toda la Baja Edad Media (siglo XI en adelante).
Esta actividad secular, no podía ser de otro modo, ha tenido su reflejo en la tupida red de vías pecuarias que hoy y desde entonces surcan el territorio de Castilla y León que, con casi el 19% de todo el territorio estatal, es la Comunidad Autónoma más extensa de nuestro país. Lógico es suponer que esta extensión y la repercusión, todavía hoy significativa, de la ganadería en nuestra economía obligan a que prestemos una especial atención a esta red, convirtiéndola en uno de nuestros bienes de pública disposición que más interesa proteger.
Para dispensar ese marco de protección contamos a nivel estatal con la Ley 3/1995, de Vías Pecuarias, que vino a garantizar de modo más patente la protección de este patrimonio viario al dotarlo del régimen de garantías jurídicas propio de los bienes de dominio público, reservando su titularidad, gestión y administración a las Comunidades Autónomas. Protección que no sólo se extiende a los propios itinerarios sino también a los descansaderos, abrevaderos, majadas e instalaciones anexos a los trazados de las vías.
Aparte de la ya señalada importancia económica y geográfica que la trama de vías pecuarias tiene en nuestro país, y especialmente en Castilla y León, no hay que olvidar su relevancia medioambiental. No en vano este especial régimen de protección con el que se le ha dotado viene acompañado de otro destinado a su preservación, subordinando los usos compatibles -comunicaciones rurales, circulación de vehículos o maquinaria agrícola- y complementarios -senderismo- que tienen lugar en nuestras vías pecuarias a la garantía del tránsito ganadero.
En este marco se encuadra la definición de la Red Nacional de Vías Pecuarias cuyo diseño se está configurando por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, proyecto en el que nuestra Comunidad viene colaborando con la Administración del Estado y el resto de Comunidades Autónomas y cuyo objetivo no es otro que dar mayor ámbito de protección a aquellas vías que conectan todo el territorio estatal.
Como ya se ha dicho, la red de vías pecuarias de nuestra Comunidad, al igual que nuestro territorio, es de largo la más extensa de nuestro país. A día de hoy se encuentran reconocidos –clasificados-- unos 22.000 kilómetros, que traducidos a superficie suponen 56.000 hectáreas. De ellos, 4.300 corresponden a cañadas, 4.900 a cordeles y 5.100 a veredas- las tres categorías reconocidas por la Ley en función de su anchura-, a lo que habría que añadir otras 1.200 hectáreas de descansaderos, cuya distribución provincial es la contenida en la siguiente tabla:
Longitud Vías Pecuarias Clasificadas
Algunas de las vías pecuarias que surcan nuestro territorio poseen la calificación de “Cañadas Reales”. Estos trazados son aquellos que, con independencia de su denominación a nivel local, poseen itinerarios que les llevan a atravesar los límites de varios municipios, provincias e, incluso, Comunidades Autónomas. Todas ellas se encuentran integradas en la Red Nacional de Vías Pecuarias y, a pesar de seguir siendo Castilla y León quien ostente su titularidad, la Ley confiere a la Administración del Estado, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la facultad de intervenir en aquello que les pueda afectar.
En concreto, las ocho que atraviesan nuestra Comunidad lo son con el siguiente recorrido:
- La Soriana Occidental, con 428 kilómetros de longitud.
- La Soriana Oriental (206).
- La Segoviana (124).
- La Leonesa Oriental (389).
- La Leonesa Occidental (341).
- La de la Plata o Vizana (347).
- La Burgalesa (750).
- La Galiana Occidental (106).
En la actualidad, algunos de los trazados de estas Cañadas Reales se encuentran ya deslindados, amojonados y señalizados en toda la extensión de su tránsito por Castilla y León, como es el caso de la Soriana Occidental; en la Burgalesa, estos trabajos ya se encuentran concluidos por lo que se refiere a las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid, estando pendientes de acometer en las de Zamora y Salamanca.
Estos trabajos se han acometido tras la firma de convenios de colaboración entre la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y el MAGRAMA, al estimarse ser la manera más adecuada para canalizar las inversiones necesarias y afectar a competencias de varias Administraciones Públicas. En concreto, desde el año 2000 se han firmado cuatro, tres de ellos para culminar los trabajos de la primera de ellas (Soriana Occidental), mientras que en el caso de la Burgalesa se firmó otro más en 2010.
A pesar de que la Ley 3/95 ha supuesto una evidente consolidación de los medios de protección de estos itinerarios en manos de las Administraciones autonómicas, también prevé diversas formas de intervención en ellos permitiendo adaptar su condición demanial a aquellos otros usos vinculados a las vías pecuarias. Algunos de ellas son de carácter temporal -ocupaciones y aprovechamientos-, y, otros, de carácter definitivo –modificaciones de trazado, por interés público o particular-.
Los formularios para solicitar cualquiera de ellos se pueden descargar en el siguiente enlace:
Información general sobre ésta y otras solicitudes relacionadas con las vías pecuarias (291 kbytes)
Cartografía vías pecuarias
En la cartografía de referencia de medioambiente del
Visor de IDECYL
se puede consultar la información cartográfica actualizada, tanto los ejes de las vías pecuarias como los márgenes..