Esta enfermedad, denominada en inglés “pitch canker disease”, es causada por un hongo ascomicete, y representa una de las enfermedades más graves de coníferas a nivel mundial, que ha generado ya graves pérdidas económicas en el sector forestal. Al igual que otros patógenos causantes de chancros, provoca daños importantes sobre arbolado adulto, pudiendo causar su muerte por anillamiento, si bien presenta también una gran agresividad en plántulas, lo que traslada el problema al ámbito de viveros y repoblaciones con planta procedente de vivero.
Desde 2002 la EPPO (Organización Europea para la Protección de las Plantas) lo considera un organismo de cuarentena debido a su gran su potencial de daño en caso de introducción en el territorio europeo, incluyéndolo en la lista A1. Este patógeno, originario de Norteamérica (Méjico o EEUU), se encuentra actualmente distribuido también en Haití, Chile, Sudáfrica, Irak, Japón e Italia. En 2004 se cita oficialmente por primera vez en España en Asturias, estando hoy en día distribuido en masas de Pinus radiata (especie más sensible) y Pinus pinaster de la cornisa cantábrica y de Navarra, habiéndose detectado casos puntuales en Castilla y León en los últimos años.
En cumplimiento del R.D. 58/2005 (trasposición de la Directiva europea 2000/29/CE, relativa a las medidas de protección contra la introducción de agentes nocivos), el R.D. 1190/1998 (que regula los programas nacionales de erradicación o control de organismos nocivos), la ley de Sanidad Vegetal 43/2002, así como la normativa específica relativa al patógeno, es decir, la Decisión europea 2007/433/CE, derogada por la Decisión (UE) 2032/2019, el R.D. 637/2006, y el R.D. 65/2010 (que modifica al anterior), se realizan las inspecciones, toma de muestras, y actuaciones correspondientes.
El análisis de laboratorio para detectar la presencia de este organismo de cuarentena se lleva a cabo en el Laboratorio de Patología del Centro de Sanidad Forestal de Calabazanos (Junta de Castilla y León). Sus técnicos han sido formados por el personal del Laboratorio de Referencia Nacional para la Identificación de Hongos Fitopatógenos (Instituto Agroforestal del Mediterráneo), superando el correspondiente Proficiency Test, y posteriormente han ido desarrollado protocolos para la mejora de la técnica de aislamiento de este patógeno de diferentes tejidos vegetales y de las técnicas de identificación molecular indicadas por la normativa vigente y las normas EPPO.
Las Fotografías siguientes muestran estructuras de Fusarium circinatum vistas al microscopio, árbol afectado por el patógeno, daños en corteza, y multiplicación del hongo en placas Petri.