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Pautas de gestión

  • Tanto en el caso del cangrejo rojo o de las marismas como en el caso del cangrejo señal no se podrán devolver vivos a las aguas los ejemplares sea cual sea su talla al tener la consideración de especies exóticas invasoras. No obstante se permite, con fines de control o erradicación, la posesión y el transporte de los ejemplares vivos de cangrejo rojo (Procambarus clarkii) y de cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) que hubieran sido pescados en las masas de agua detalladas en el ámbito de aplicación de la Orden MAV/573/2022, de 26 de mayo, por la que se aprueba el plan de control del cangrejo rojo o de las marismas (Procambarus clarkii) y del cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
  • Con el fin de proteger al cangrejo de río autóctono (el cual no es pescable) se prohíbe la introducción de cualquier especie exótica. El cangrejo rojo y cangrejo señal puede sobrevivir largos periodos fuera del agua siempre y cuando se mantenga húmedo, pudiendo transportarlos de un punto a otro sin grandes medios. Para evitar introducciones malintencionadas o por despiste y fugas de los ejemplares, es preciso extremar la vigilancia para evitar dichas situaciones. 
  • En los puntos de agua con presencia de especies foráneas de cangrejo pueden existir formas infectantes del hongo que provoca la afanomicosis y éstas adherirse al equipo o vestuario que utilicemos durante las prácticas deportivas, de ocio o pesca contaminándolo. Estas formas sobreviven bien en ambientes húmedos incluso fuera del agua pero no son resistentes a la desecación. Si con el equipo todavía húmedo nos desplazamos hacia una masa de agua diferente, aislada de la anterior, en la que pudiera permanecer una población residual de cangrejo de río común, las formas infectantes atraídas hacia el cangrejo nadan activamente hacia él y se iniciará un brote de peste acabando con la población entera. Para evitarlo es primordial no desplazarse entre masas de agua distintas y aisladas con el mismo vestuario y equipamiento si previamente no se ha secado completamente. Ciertos equipos como vadeadores, reteles, trajes de neopreno, sogas,… requieren más tiempo de secado que otros y se deben estirar bien para evitar que la humedad quede en pliegues o dobleces. 
    • En ocasiones no se dispone de tiempo para realizar el secado completo y se debe optar por la desinfección. Una forma sencilla de desinfectar consiste en sumergir el equipo y vestuario completamente en agua con lejía disuelta. Serviría un tapón de lejía por cada 5 litros de agua durante 20 minutos. O también fumigarlo con la misma concentración de lejía y un vaporizador (para una concentración de lejía del 5% se debe añadir 1ml por litro de agua, es decir unas 20 gotas de lejía por cada litro de agua). El agua con lejía se puede dejar al sol antes de verterla para reducir la concentración de lejía mediante la evaporación y en todo caso debemos adoptar las medidas adecuadas que eviten la llegada de ésta al cauce.