Los objetivos fundamentales de dicha autorización son la protección del medio ambiente en su conjunto y la simplificación administrativa.
La autorización ambiental integrada está orientada a que en el funcionamiento de las instalaciones:
Se adopten las medidas adecuadas para prevenir la contaminación, particularmente mediante la aplicación de las mejores técnicas disponibles.
Se evite la producción de residuos o, si esto no fuera posible, se gestionen mediante procedimientos de valorización, preferentemente mediante reciclado o reutilización, y en todo caso, se evite o reduzca al máximo su repercusión en el medio ambiente, de acuerdo con la normativa aplicable en la materia.
Se utilice la energía, el agua, las materias primas y otros recursos de manera eficiente.
Se adopten las medidas necesarias para prevenir los accidentes graves y limitar sus consecuencias sobre la salud de las personas y el medio ambiente, de acuerdo con la normativa aplicable.
Se establezcan las medidas necesarias para evitar cualquier riesgo de contaminación cuando cese la explotación de la instalación y para que el lugar donde se ubique quede en un estado satisfactorio de acuerdo con la normativa aplicable.
Para ello se establece la implantación de las mejores técnicas disponibles en cada momento por cada categoría de actividad, consiguiendo así en cada momento disponer de las instalaciones más eficientes desde el punto de vista de protección del medio ambiente y la salud humana.