Por amianto (o asbesto) se conoce a un grupo de minerales de la familia de los silicatos que tienen una estructura metamórfica fibrosa. Estos minerales tienen fibras largas, resistentes y lo suficientemente flexibles para que se puedan separar y entrelazar.
A efectos de aplicación del
Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto
, el término amianto designa a los silicatos fibrosos siguientes, de acuerdo con la identificación admitida internacionalmente del registro de sustancias químicas del Chemical Abstract Service (CAS):
- Actinolita amianto (CAS 77536-66-4)
- Grunerita amianto (amosita) (CAS 12172-73-5)
- Antofilita amianto (CAS 77536-67-5)
- Crisotilo (CAS 12001-29-5)
- Crocidolita (CAS 12001-28-4)
- Tremolita amianto (CAS 77536-68-6)
Las principales características del amianto son:
- Aislante térmico, eléctrico y acústico
- Resistencia al fuego, resistencia mecánica y resistencia química al ataque de ácidos y bases
- Flexibilidad
- No biodegradabilidad
Sus excelentes propiedades físicas y químicas, unidas a su precio relativamente bajo, provocaron que en el pasado, antes de conocerse los efectos adversos del material para la salud y el medio ambiente, fuese ampliamente utilizado.
En el sector de la construcción la aplicación más conocida y extendida del amianto es el fibrocemento, empleado en la elaboración de placas onduladas para tejados (uralita), persianas, tuberías y canalizaciones de agua, depósitos de almacenamiento de agua, tejas para techos, elementos de jardinería y decoración (como maceteros).
El amianto vinilo, otro material con amianto, se utiliza en pavimentos, masillas sellantes y semejantes (adhesivos de pavimentos de vinilo, de baldosas y azulejos, etc.).
Algunos ejemplos más de uso del amianto son en pinturas y barnices para revestimientos, como materiales de fricción en frenos y embragues de vehículos y maquinarias, en procesos de filtración y electrolíticos donde se requiere resistencia al ataque químico, en revestimientos de hornos y calderas, en instrumentos de laboratorio, etc.
Sin embargo, el amianto presenta un grave problema para la salud: las fibras de amianto pueden liberarse en forma de fibras microscópicas, que se expanden por el aire y, por inhalación, se introducen en los pulmones pudiendo originar diversas enfermedades (asbestosis, placas pleurales, mesotelioma, etc.) que suelen tardar varios años en manifestarse.
De este modo, el amianto y los materiales que lo contienen deben considerarse siempre como peligrosos.
Por este motivo, en el año 2001 quedó totalmente prohibida cualquier actividad relacionada de producción, comercialización e instalación de amianto en España (
Orden de 7 de diciembre de 2001, por la que se modifica el Anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre por el que se imponen limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos
).
Muchos de los productos fabricados antes de esta fecha siguen instalados..
No obstante, la presencia de estos materiales en los locales o espacios de los lugares de trabajo no indica directamente una situación de riesgo: las fibras del amianto no se desprenden de forma natural, sino que es necesario que se produzca una manipulación o alteración de dicho material para que tenga lugar la liberación y emisión de las fibras.