La entrada a operaciones de tratamiento final de residuos industriales no peligrosos en instalaciones de Castilla y León, procedentes tanto de la Comunidad como de fuera de ella, aumentó un 18% durante el periodo 2015-2019. En el año 2020, con el inicio de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, descendió un 12% respecto del año anterior. En 2021, comenzó a recuperarse hasta superar las 420.000 toneladas en 2022, casi el mismo nivel que antes de la pandemia.
Durante el periodo 2015-2022, el reciclado ha sido el tratamiento final mayoritario al que se han sometido los residuos peligrosos recibidos en las instalaciones de tratamiento de Castilla y León (con un promedio anual de 82% en peso de la entrada de residuos a tratamiento final), mientras que el resto fue eliminado en vertedero (operación de tratamiento D5).
Dentro del reciclado, las operaciones de tratamiento mayoritarias a las que se destinaron estos residuos fueron:
R4. Regeneración o recuperación de materiales y compuestos metálicos, a la que fue sometido anualmente un porcentaje en el rango de 67-75% de los residuos industriales peligrosos que entraron a tratamiento final (mayoritariamente se corresponde con el reciclado de baterías de plomo)
R2. Recuperación o regeneración de disolventes, con la que se trató anualmente entre el 8% y el 12% de dichos residuos.