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Medio Ambiente de Castilla y León
Medio Ambiente de Castilla y León
Descripción del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, tras casi un siglo
de demanda histórica, por fin disfruta de la máxima categoría
ambiental, la que atesoran sólo las quince principales joyas
naturales de nuestro país.
El Parque Nacional se encuentra en las provincias de Segovia y Madrid y abarca una extensión de 33.960 hectáreas pertenecientes a las Comunidades Autónomas de Castilla y León (12.246 hectáreas) y de Madrid (21.714 hectáreas).
En la Comunidad de Castilla y León:
Aldealengua de Pedraza, Basardilla, Collado Hermoso, El Espinar, Gallegos, La Losa, Navafría, Navas de Riofrío, Ortigosa del Monte, Otero de Herreros, Palazuelos de Eresma, Real Sitio de San Ildefonso (La Granja), Santiuste de Pedraza, Santo Domingo de Pirón, Segovia, Sotosalbos, Torre Val de San Pedro, Torrecaballeros y Trescasas.
En la Comunidad de Madrid:
Alameda del Valle, Becerril de la Sierra, Canencia, Cercedilla, El Boalo, Guadarrama, Los Molinos, Lozoya, Manzanares el Real, Miraflores de la Sierra, Navacerrada, Navarredonda y San Mamés, Pinilla del Valle, Rascafría y Soto del Real.
La dimensión y continuidad territorial, su riqueza y coherencia ambiental, unido al estricto régimen a que se somete la intervención humana tanto dentro del propio Parque Nacional como en su zona periférica de protección, garantizan la conservación de los ecosistemas naturales y la viabilidad de su evolución natural, sin o con escasa intervención humana, de acuerdo con los ambiciosos estándares que establece la citada Ley de 2007.
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama cuenta con una riqueza ecológica y cultural tan sobresalientes que aconsejan que su conservación sea declarada de interés general y se eleve su régimen de protección al más alto nivel que permite nuestro ordenamiento jurídico.
Si la riqueza ecológica de por sí ya es merecedora de la declaración que la presente Ley acomete, el patrimonio cultural, educativo y científico generado en los territorios integrantes del nuevo Parque Nacional es extraordinario, probablemente sin parangón en ningún otro territorio de nuestra geografía.
Aún hoy perviven en las tradiciones y en el recuerdo colectivo los elementos que dieron lugar a una cultura propia y singular, perfectamente adaptada a un entorno natural generoso, agreste y difícil, protagonizada por pastores y vaqueros, por hacheros y gabarros, por carboneros, neveros y por otras gentes de la Sierra. Además, como gozne natural que une y vertebra el norte y el sur peninsulares, la Sierra del Guadarrama ha sido testigo mudo de batallas y otros acontecimientos históricos que integran el andamiaje afectivo de este país. Finalmente, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, lugares emblemáticos como los Puertos de Navacerrada y la Fuenfría, el Circo de Peñalara, la Pedriza, el Montón de Trigo, la Cuerda Larga, la Maliciosa o Siete Picos, por citar algunos más conocidos, han servido de inspiración, estímulo y laboratorio para naturalistas y científicos de todas las especialidades, para educadores, para artistas y para deportistas
La norma de declaración ha considerado las características singulares, únicas y representativas de este territorio, en el que se identifican nueve de los sistemas naturales incluidos en la Ley 5/2007, de 3 de abril, de la Red de Parques Nacionales. Entre ellos, los pinares de Pinus sylvestris de reconocido valor ambiental, naturalidad y excelente estado de conservación sobre suelos silíceos que aportan representatividad a la Red. Los «sistemas naturales de origen glaciar y periglaciar» que poseen un modelado más propio de latitudes más norteñas o de altitudes más elevadas. Están incluidos «humedales y lagunas de alta montaña» que destacan por su singularidad geomorfológica. La excepcionalidad de sus sistemas «formaciones y relieves de montaña y alta montaña» se encuentra en la geomorfología de la roca granítica que resalta formas del relieve y paisajes únicos. Los sistemas naturales «quejigares y melojares», poco representados en la Red, los «matorrales supraforestales, pastizales de alta montaña, estepas leñosas de altura y cascajares» y «pinares, sabinares y enebrales», aportan una mayor representación en la Red de Parques Nacionales. También se reconoce en este espacio la proporción y singularidad relevante de especies. Además de la presencia significativa de endemismos de flora y fauna, y las emblemáticas Águila Imperial Ibérica, Buitre Negro y Cigüeña Negra, destaca el elevado porcentaje de especies censadas en España con un total del 40 % de la herpetofauna, el 39 % de las aves y el 49 % de los mamíferos.
La vegetación presenta así distintas formas de adaptación del máximo interés: En las zonas más altas, entre vestigios de paisajes periglaciares, aparecen roquedos, pastizales y matorrales montanos; en las laderas extensos pinares y robledales alternados con zonas arbustivas y pastizales; y en las zonas más bajas existen encinares poco desarrollados, fresnedas, sabinares, algunos cultivos y prados ganaderos. Asimismo destacan algunos enclaves con interesantes masas de acebo. Por supuesto, no podemos olvidar las emblemáticas masas de pino silvestre con alto índice de naturalidad y mejor cuidadas del Sistema Central, paradigma de la gestión forestal sostenible y motor económico de muchos pueblos serranos, que destacan por sus valores paisajísticos, forestales y como hábitat de importantes especies de fauna.
En cuanto a la fauna, la Sierra de Guadarrama incluye especies muy valiosas a nivel nacional e internacional por el grado de amenaza, varias de ellas por estar en peligro de extinción o por ser endemismos ibéricos. El mayor interés ornitológico de la Sierra de Guadarrama reside en las comunidades de aves ligadas al bosque, matorral y pastizales mediterráneos, sobresaliendo claramente las poblaciones nidificantes de águila imperial ibérica, cigüeña negra y buitre negro. También tienen interés las especies alpinas (acentor alpino, bisbita alpino) y otras especies de interés biogeográfico (alcaudón dorsirrojo, tarabilla norteña), así como el azor, halcón peregrino, acentor alpino, pechiazul y roquero rojo. La presencia de los quirópteros en Guadarrama viene señalada tanto por sus refugios en las cuevas de zonas calcáreas como por las numerosas especies de murciélagos forestales. Entre las especies de invertebrados podemos destacar el caballito del diablo, el gran longicornio, el ciervo volador, el pavón diurno y la mariposa isabelina. También cabe destacar otras especies por su valor cinegético como son el conejo, la liebre, la perdiz, el zorro, el jabalí, el corzo, la cabra montés, etc.
La Sierra de Guadarrama ha sido desde tiempo inmemorial lugar de expansión y objetivo de montañeros y excursionistas, por lo que existen multitud de senderos que conducen a casi todos sus rincones. En un futuro, la oferta oficial de las rutas será objeto de ordenación por parte del órgano de gestión del Parque Nacional. Sin embargo, como avance cabe mencionar algunas de las más tradicionales y conocidas por los amantes de la montaña en la vertiente castellano leonesa.
RESOLUCIÓN de 13 de enero de 2014,«Protocolo general de colaboración ... (832 kbytes)